Ponen en práctica adiestramiento para responder a la emergencia
Al final del simulacro, el doctor Carlos Santiago, director de salud municipal, se expresó complacido, reconoció que hay que mejorar y anticipó que habrá más ensayos. (aurora.rivera@gfrmedia.com)
Unos 20 empleados del Municipio de Bayamón ensayaron esta mañana el protocolo de repuesta en caso de detectarse personas infectadas con ébola en Puerto Rico.
La práctica constituyó el ejercicio final de un adiestramiento que le ofrecieron profesores del Instituto de Educación Ambiental (INEDA) de la Universidad Metropolitana.
“El Municipio seleccionó 20 personas que están a la cabeza de nuestros servicios de respuesta. Se escogieron personas de manejo de emergencia, de emergencias médicas y personal de la Policía Municipal porque son los tres grupos que están en la calle constantemente atendiendo cualquier situación de emergencia”, indicó el alcalde de Bayamón, Ramón Luis Rivera Cruz, antes del simulacro, que tuvo lugar en la sede de la Administración Municipal para el Manejo de Emergencias.
Durante el ejercicio se recreó el caso de una persona con hemorragia severa que estaba acompañada por otra cuando llegaron dos paramédicos a asistirle.
Según explicó Jorge Ortiz, instructor de INEDA, una vez los paramédicos sospechan que se trata de un caso de ébola, alertan al resto de las agencias y permanecen en el lugar con las otras personas expuestas al virus hasta tanto llegue la unidad especializada.
De camino a la escena, el interior de la ambulancia donde se transportará al paciente debe cubrirse con plásticos que impidan que fluidos contaminados hagan contacto con las superficies.
Una vez en la escena, el equipo de respuesta para ébola monta una unidad móvil de descontaminación con dos cámaras, una para personas que pueden caminar y otra para personas que no.
Luego el personal se viste con gafas y máscaras especiales, overoles, botas y guantes. Entran al lugar donde el paciente debe estar estabilizado, lo colocan en una camilla especial equipada con una especie de bolsa plástica y ventiladores que se cierra con cremallera o zíper, y sube con la persona a la ambulancia que le llevará al hospital más cercano que disponga de cuartos de aislamiento para ébola.
Mientras, toda persona en contacto con el paciente sospechoso –incluyendo los paramédicos que llegaron inicialmente a la escena- pasa a ser desinfectada en la estación habilitada para ello. En el interior de la misma, se le quita toda la ropa y se le rocea con agua y cloro por espacio de 15 minutos antes de que puedan volver a vestirse con ropa limpia y ser llevadas a una institución médica preparada para observación. El agua usada para la desinfección es contenida en piscinas de retención que sirven de piso a la estación móvil y succionada en camiones tanque que las llevan a recibir tratamiento como desperdicio biomédico. La vestimenta, incuidos guantes y máscaras, son depositados en contenedores especiales para igual tipo de disposición.
Al final del simulacro, el doctor Carlos Santiago, director de salud municipal, se expresó complacido, reconoció que hay que mejorar y anticipó que habrá más ensayos.
“Hay que repetirlo. Repetirlo, repetirlo, repetirlo hasta que prácticamente se internalice en lo más profundo de cada uno de nosotros y fluya con una precisión casi militar”, afirmó Santiago.
Fuente: El nuevo Día.com
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