La ambulancia sustraída era una Fiat Ducato tipo furgón |
El delincuente embistió a un coche patrulla en #Cáceres y alcanzó velocidades superiores a 170 por hora mientras cruzaba Extremadura
Los agentes de Tráfico de la #GuardiaCivil tuvieron que emplearse a fondo el sábado para detener a un delincuente que robó una #ambulancia en #Béjar (Salamanca) y circuló a velocidades superiores a 170 kilómetros por hora en los más de 180 kilómetros que recorrió hasta ser atrapado en las proximidades de La Roca de la Sierra (#Badajoz).
La sustracción del vehículo se produjo a las 12 del mediodía en la localidad salmantina de Béjar. El lugar concreto se ubicaba en la calle Arco del Monte, donde se encuentra la Fundación de #Diálisis Íñigo Álvarez de Toledo.
El ladrón debía estar ocultó en las inmediaciones y aprovechó el momento en el que el conductor y el enfermero estaban trasladando en una camilla a un paciente para introducirlo en el edificio donde se realizan los tratamientos de diálisis. Todo hace suponer que utilizó esos instantes para meterse en el vehículo sanitario, ponerlo en marcha y huir a toda velocidad.
Pero el hecho fue descubierto pronto y se puso en conocimiento del #112, que trasladó los datos a la Guardia Civil de Salamanca, cuyos agentes transmitieron la información a la Guardia Civil de Extremadura con el fin de que se estableciera un dispositivo de vigilancia.
Las principales vías de comunicación fueron cerradas con puntos de control por las patrullas que se encontraban de servicio, un dispositivo en el que realizaron un papel fundamental los agentes del Subsector de #Tráfico de Cáceres, que comenzaron a seguir la ambulancia cuando la localizaron.
Según ha trascendido, la Guardia Civil tuvo controlada la ambulancia en todo momento porque el vehículo cuenta con un sistema de geolocalización. Esa circunstancia ha sido confirmada por Pedro de la Iglesia, que es el gerente de emergencias de Emersan, la empresa propietaria del vehículo.
Sin embargo, el ladrón se percató de esta circunstancia a la altura de #Plasencia y en ese momento arrancó el dispositivo, por lo que los agentes perdieron la señal de localización.
Durante muchos kilómetros la persecución se realizó por la autovía A-66, pero no resultó sencilla porque el conductor de la ambulancia alcanzó los 170 kilómetros por hora e incluso velocidades superiores. Testigos presenciales aseguran que en más de una ocasión puso en serio peligro tanto a los automovilistas que hacían uso de la autovía como a los agentes que trataban de darle alcance.
El operativo de vigilancia estuvo a punto de dar sus frutos a la entrada de Cáceres. En ese punto, la ambulancia abandonó la autovía y un coche de la Guardia Civil casi logró que se detuviera, pero el delincuente embistió al coche patrulla que trataba de evitar su paso. Fue sin duda una de las situaciones más tensas de la persecución y alertó a los guardias del peligro que podrían correr si no adoptaban medidas de seguridad eficaces para evitar posibles percances.
La fuga continuó entonces por la carretera Ex-100, que une las localidades de Cáceres y Badajoz. Pero no se trataba ya de una autovía con dos carriles en cada sentido, sino de una vía de dos carriles, uno en dirección Cáceres y otro hacia la ciudad de Badajoz.
A esas alturas ya habían tomado posiciones los agentes del subsector de Tráfico de Badajoz, que comenzaron a establecer puntos de control en los lugares donde era más factible dar el alto a la ambulancia sin poner en riesgo a los automovilistas.
La Guardia Civil taponó la Ex-100
Uno de esos lugares clave se encuentra pasada la localidad de La Roca de la Sierra (Badajoz), donde los guardias pidieron a los conductores que detuvieran sus vehículos para formar una barrera física que impidiera proseguir la marcha a la ambulancia. De ese modo lograron cerrar ambos carriles, lo que obligó al conductor de la ambulancia a «tirar» su vehículo al arcén y continuar la huida a pie. Era la única maniobra posible para un vehículo que era perseguido por varias patrullas de la Guardia Civil y que no tenía la posibilidad de seguir avanzando.
Al verse atrapado, el conductor de la ambulancia decidió salir del vehículo para continuar la huida campo a través. Pero los guardias no estaban para bromas y rápidamente consiguieron darle alcance y detenerlo. Al parecer, se trata de un ciudadano de nacionalidad portuguesa que reside en Badajoz.
El gerente de Emersan ha confirmado a HOY que el vehículo sustraído era un furgón sanitario modelo Fiat Ducato que registró velocidades de hasta 170 kilómetros en su GPS antes de llegar a Plasencia. «Uno puede robar un Clio o un Seat Córdoba, pero a nadie se le ocurre llevarse una ambulancia», dijo ayer Pedro de la Iglesia al recordar lo sucedido.
La ambulancia fue devuelta a sus legítimos propietarios el sábado por la tarde y ahora está en el taller, donde será reparada de los pequeños daños que tiene en sus dos laterales. «El trato que hemos recibido de la Guardia Civil es perfecto, estamos muy agradecidos», concluyó Pedro de la Iglesia.
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