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miércoles, 25 de febrero de 2015

LAS 9 #FRACTURAS MÁS COMUNES.



Todos sufrimos accidentes, ya sea un simple golpe, raspón, caída, hasta accidentes automovilísticos. Por lo tanto, los pacientes con traumatismos son el pan de cada día en urgencias; sin embargo ¿cómo saber quién está fracturado? Repasemos los signos clínicos y radiológicos clave de las fracturas más comunes, por grupos de edad.



Las fracturas aparecen en casi todas las etapas de la vida, cada una con etiologías, características, localización y grados de severidad diversos.

Factores que determinan el tipo de fractura:
  • Cinética del traumatismo o mecanismo de lesión.
  • Características intrínsecas del paciente: edad, composición ósea, patologías, factores nutricionales, metabólicos, ocupacionales o endocrinológicos.

No siempre se rompe

Hay que sospechar de una fractura cuando aparece dolor, deformidad en la zona de lesión, hematoma, hinchazón, tumefacción y/o limitación de los movimientos. Tu paciente puede referir un “chasquido” al momento del trauma. A la exploración física presta especial atención en la existencia de crépitos a la palpación (presente sólo cuando la fractura tiene múltiples fragmentos).
Fracturas más comunes, de acuerdo a la edad
En los Traviesos (<18 años)

Encontrarás fracturas con mayor frecuencia en los pacientes pediátricos menores de 5 años, predominando las de húmero distal y clavícula. En niños de 5-17 años las más frecuentes son de radio distal y huesos de la mano. En orden de frecuencia:

1. Antebrazo (cúbito, radio o ambas).

Las fracturas diafisarias de radio y cúbito se producen por un impacto directo al antebrazo, como consecuencia de un accidente de tráfico, deportivo o una caída de altura. La clínica que en tu paciente será: deformidad evidente, dolor, crépitos; acompañados de lesión neurológica (por lo que debes explorar nervio mediano, cubital y radial). Si en la radiografía observamos una fractura no desplazada el tratamiento es conservador; si está desplazada el tratamiento será quirúrgico.

2. Húmero.

En pediátricos encontrarás frecuentemente fracturas de húmero distal. Por lo regular se deben a traumatismos indirectos por caída sobre la mano, o bien a traumatismos directos asociados a lesión de partes blandas. Se clasifican como fracturas extraarticulares, supracondíleas, intraarticulares, cóndilo humerales y supra-intracondíleas. En pacientes con este tipo de fractura puedes observar dolor, deformidad, crepitación y pérdida de la movilidad articular (esto último ligado a la severidad de la lesión). La mayoría de este tipo de lesiones requieren fijación quirúrgica.

3. Mano.

Las fracturas de falanges son más frecuentes en niños. Son producidas por traumatismo directo en los dedos y traumatismos indirectos rotacionales, generando diversos tipos de fracturas (en ocasiones producto de atrapamiento de la mano). En estos pacientes observamos deformidad, dolor y crepitación; por lo que debes prestar atención en las lesiones vásculo-nerviosas y tendinosas. La mayoría de las fracturas falángicas pueden ser tratadas con medidas conservadoras empleando férulas digitales metálicas.

4. Tibia-peroné.

La más común es la fractura diafisiaria de tibia-peroné, producida por un mecanismo indirecto o directo que produce fracturas transversas o conminutas (por lo general). Explora en busca de dolor, deformidad, crepitación y disminución funcional. Las fracturas de tibia pueden tratarse de manera conservadora mediante reducción y estabilización con yeso o estabilización quirúrgica con un clavo endomedular.

5. Clavícula.

El mecanismo más frecuente que lesiona la clavícula es la caída con traumatismo directo sobre el hombro (lo puedes observar en ciclistas). En estos pacientes observarás una actitud antiálgica con el brazo lesionado pegado al cuerpo; así como deformidad, crepitación y dolor en el foco de la fractura. El tratamiento consiste en soporte de hombro en cabestrillo o vendaje en ¨8¨ durante 4 semanas.
También en los Poderosos (18-49 años)

6. Tobillo.

Las fracturas de esta región pueden clasificarse en fracturas del pilón tibial y bimaleolares, es decir, cuando se lesiona la tibia y/o el peroné distales. Estas fracturas están causadas por mecanismos de alto o bajo impacto , generalmente por fuerzas de desaceleración (como ocurre en una caída con rotación de la pierna, lesión deportiva o accidente automovilístico). En los pacientes puedes encontrar: dolor, equimosis, crepitaciones y deformidad, así como disminución de la movilidad. Realiza compresión bimaleolar y la prueba de la pierna cruzada, en busca de dolor que nos indique lesión de tobillo. Dependiendo de la gravedad de la lesión, el tratamiento puede ser conservador o quirúrgico.

7. Metacarpo.

Son consecuencia de traumatismos en la mano, ya sea directos o indirectos con torsión; el patrón de la fractura dependerá del mecanismo de lesión. En estos pacientes puedes encontrar dolor, tumefacción, deformidad y crepitación; y debes observar la alineación de los dedos tanto en posición de reposo como durante el movimiento. La mayoría de las fracturas de metacarpo pueden tratarse adecuadamente con medidas conservadoras.
Los Más Sabios (>50 años)

8.Fémur.

Presente en pacientes con fractura de cadera. Normalmente se presenta después de haber sufrido una caída o tropiezo. Las más frecuentes son las del cuello del fémur y las pertocantéreas. Sospecha cuando te llegue un paciente con incapacidad para caminar, que observes un acortamiento evidente y/o una rotación externa de la extremidad afectada, dolor de ingle o rodilla, equimosis o hematoma, y espasmo muscular. Confirma tu diagnóstico por medio de radiografía o TAC. El tratamiento en la mayoría de los casos es quirúrgico, con osteosíntesis o artroplastia.

9.Radio.

Las fracturas de la cabeza del radio son causadas por traumatismos indirectos al caer sobre la mano en extensión. En la clínica se produce dolor a la palpación de la cabeza del radio, la cual se acentúa con la prono-supinación. El tratamiento puede ser conservador o quirúrgico, dependiendo del tipo de fractura.

La fractura del extremo distal del radio se produce por caída sobre la mano en extensión. Debes observar deformidad en dorso de tenedor o enbayoneta, crepitación, tumefacción, hematomas, etc. La más frecuente es la fractura de Colles. El tratamiento en fracturas estables puede ser conservador, es decir, reducción de la fractura bajo anestesia e inmovilización con yeso; o bien quirúrgico en fracturas inestables, utilizando agujas percutáneas, fijadores externos, etc.

Recuerda que siempre debes corroborar tu diagnóstico mediante radiografía y en casos particulares con TAC. Además, debes buscar datos de lesión vascular para prevenir posibles complicaciones futuras.








Referencias:
- Díez, A & et al. (2013). Características epidemiológicas de Pacientes Adultos atendidos Por fracturas en el Instituto Nacional de Rehabilitación.Investigación en discapacidad. 2 (2): 51-54.
- lvarez, CP & Casanova, RG (2013). Diagnostico por imagen. Interamericana: MacGrawHill.
- Montiel, D & Carrillo, S (2013). Urgencias, emergencias en fracturas de cadera, Extremidades Inferiores, Superiores y de columna. Atención en Enfermería ante las urgencias y emergencias traumatológicas. 2 (4): 117-150.
- Mora, F., Carriedo, J., Bustamante, B., Mejía, L., López, A. & Hernández, S. (2012) Fracturas más comunes en el hospital regional general Ignacio Zaragoza ISSTE. Revista española médica quirúrgica. 17 (3): 175-178.
- Urgete, P (2013). Fracturas del antebrazo en el Adulto. Sudamericana Federación de Cirugía de la Mano.

Última modificación: enero 20, 2015 at 15:10 pm





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